Los buenos periodistas existen. Fran Sevilla podría haber elegido estar sentado tres veces por semana durante una hora (o menos) en un estudio de radio cobrando por vomitar sus opiniones (me refiero a los tertulianos). Pero no. Fran ha elegido trapichear (que es lo único que se puede hacer en un país como Haití) y conseguir una moto para moverse por Puerto Príncipe para traernos crónicas espectaculares, para atreverse a decir que algunos venden el brote repentino de marines estadounidenses como una obra digna de Teresa de Calcuta, en definitiva para contar lo que ve, fruto del duro trabajo. No es preciso extenderse más para recomendar sus crónicas en Radio Nacional de España.
miércoles, 20 de enero de 2010
Existen
Los buenos periodistas existen. Fran Sevilla podría haber elegido estar sentado tres veces por semana durante una hora (o menos) en un estudio de radio cobrando por vomitar sus opiniones (me refiero a los tertulianos). Pero no. Fran ha elegido trapichear (que es lo único que se puede hacer en un país como Haití) y conseguir una moto para moverse por Puerto Príncipe para traernos crónicas espectaculares, para atreverse a decir que algunos venden el brote repentino de marines estadounidenses como una obra digna de Teresa de Calcuta, en definitiva para contar lo que ve, fruto del duro trabajo. No es preciso extenderse más para recomendar sus crónicas en Radio Nacional de España.
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