Esta es la típica anécdota de un amigo: Él trabajó durante un tiempo en el comedor de un hotel como camarero. Hasta ahí todo bien, un trabajo más para sacarse unos cuartos para los estudios (y lo que no son los estudios). Un buen día una clienta del hotel llegó cuando el comedor estaba a punto de cerrar. Todas las mesas estaban limpias, excepto una que estaba hecha un asco. La señora se sentó ahí. A mi amigo le tocó atenderla. Hubo que poner mantel nuevo, cubiertos... y cuando le lleva el último elemento que le faltaba a la comensal (la copa) se produce la siguiente conversación:
-Señora: ¿De donde eres?
-Camarero: De aquí.
-Señora: ¡Ah! De aquí. Yo es que pensaba que eras paquistaní, como te veía tan tontito...
Nunca con tan pocas palabras se pudo insultar a
tanta gente. Por cierto, esa señora se parecía a la de la foto...Porque una imagen vale más que mil insultos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario