
De
Nixon se ha escrito sobre lo divino (fue presidente de un país que se llama Estados Unidos) y lo humano (al final cayó) de su ser. Y de lo humano se desprende también una conciencia ecologista. Al menos una inquietud manifiesta por conocer lo que nos rodea y lo que nos es intrínseco cuando nos paren. En una época en la que sólo los
hippies se preocupaban por el medio ambiente, un señor que si quería apretaba un botón y nos mandaba a freír espárragos a todos (esta frase no es mía) montó una cosa que se llamaba Agencia para la Protección Ambiental (EPA en sus siglas en inglés).
La combinación de lo divino y lo humano hizo posible poner en nómina a cien grandes fotógrafos para que recorrieran el país en busca de la naturaleza. El proyecto se llamó Documerica. De esta idea tal vez sólo se podía esperar bodegones, estampas bucólicas del siglo XX. Nada de eso. Los fotografos fueron más allá y hoy se pueden ver esos
resultados en la web de fotografías Flickr.
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